91 303 70 90 | PIDA CITA

Muchas personas creen que las garrapatas son únicamente un problema de los perros, pero lo cierto es que estas también pueden encontrarse en gatos. Mucho más en la primavera, que es la estación en la que estos parásitos proliferan y buscan nuevos huéspedes para trasladarse y alimentarse. Estas son muy malas noticias, teniendo en cuenta que son una fuente principal de enfermedades, algunas de ellas mortales incluso para los humanos.

Además, es necesario tener en cuenta que, si no se detectan las garrapatas a tiempo, estos pueden poner huevos en los gatos para luego convertirse en una infestación. Es por estas razones que es crucial proteger a tu gato y también aplicar medidas preventivas para evitar que las garrapatas entren en tu hogar. Aquí te explicamos cuáles son sus efectos en tu amigo felino y qué hacer para eliminarlas.

¿Qué son las garrapatas en gatos y cómo eliminarlas?

Si es tu primera vez teniendo una mascota, es probable que no tengas mucha información sobre qué son las garrapatas. Se trata de ectoparásitos que se enganchan en la piel de los gatos, perros y todo tipo de animales. Esto lo hacen para alimentarse de su sangre. Estas se pueden identificar porque tienen un aspecto similar al de las arañas, con 8 patas y de color marrón oscuro o negro. Estas suelen aumentar su tamaño al alimentarse, pudiendo cambiar de color y de forma.

Las garrapatas son un riesgo para los gatos todos los días del año. Sin embargo, en primavera tienden a esparcirse con gran rapidez, ya que es la época ideal para que los insectos se reproduzcan. Además, se contagian de manera más sencilla en exteriores. Las zonas más comunes para encontrarlas son en la hierba y en las partes donde la piel es más fina y difícil de alcanzar. Es decir: el cuello, las orejas, el pecho, la ingle, etc.

El peligro que suponen las garrapatas para los gatos

A primera vista, las garrapatas no parecen más peligrosas que un mosquito, que también se alimenta de la sangre. Sin embargo, existe un gran factor de riesgo con estos parásitos: pueden transmitir enfermedades infecciosas con tan solo una mordida. De hecho, estas pueden transmitirlas incluso si muerden a un humano, habiendo resultados mortales.

Sumado a eso, las garrapatas causan un gran malestar en la piel cuando producen una picadura. Esta suele irritarse e hincharse, ocasionando dolor y picor en la zona. Además, si el gato se rasca de manera constante, también puede desarrollarse en una herida que después podría infectarse. Sin duda, son animales que debemos evitar a toda costa.

Las enfermedades que transmiten

Ahora, cabe destacar que no todas las garrapatas son portadoras de enfermedades. No es tan común contraer una enfermedad por la picadura de estos parásitos. Sin embargo, nada más bastará con que una sola de ellas esté infectada para contagiar a tu gato, sobre todo si tu mascota tiene un sistema inmunitario débil.

Las enfermedades transmitidas por las garrapatas a los gatos suelen ser de nivel grave, aunque con rapidez de progresión diferente. Siempre debes estar atento a síntomas e indicios de que algo anda mal durante estas épocas para evitar que sean mortales para la vida de tu felino.

Algunas de las principales que pueden adquirir es la enfermedad de Lyme o Borreliosis, que afecta el torrente sanguíneo y puede causar problemas cardiacos y del sistema nervioso. También está la Anaplasmosis, que puede llegar a causar el coma y convulsiones. Otras bastante populares son la babesiosis, Ehrlichiosis, Haemorbartonellosis, Tularemia y Cytauxzoonosis felina; entre las cuales la última tiene una alta tasa de mortalidad.

Qué hacer si tu gato tiene estos parásitos

Lo que siempre se recomienda es actuar incluso antes de que las garrapatas hagan acto de presencia en los gatos. Es decir, limpiar la casa de manera constante y utilizar sustancias especiales para espantarlas. Sin embargo, si esto no ha funcionado y has encontrado una en tu gato, deberás quitársela de manera inmediata. Para ello deberás quitarla usando una pinza y ubicándola lo más cerca de la cabeza. Luego, ahógala en alcohol o quémala.